Un océano de plástico. Este es el panorama que se nos viene a la mente cuando imaginamos los ocho millones de toneladas de residuos plásticos que, según las estimaciones, entran en nuestros ecosistemas marinos cada año. Un volumen de plástico tan inmanejable tiene consecuencias medioambientales devastadoras que apenas están empezando a hacerse evidentes. Gracias a Rybisa , les expones este tema a continuación .
El problema del Plástico
A pesar de nuestra dependencia de los productos plásticos, hay una manera de reducir la cantidad de residuos plásticos que producimos. En un nuevo estudio publicado este año , investigadores de la City University of Hong Kong exponen los argumentos a favor de una economía circular de los plásticos. La idea es que los productos bioplásticos fabricados a partir de materiales naturales, como los residuos de alimentos, se reciclen a bajo coste y sin producir residuos para formar nuevos productos.
Los plásticos deben ser producidos y reutilizados de manera sostenible. Para ser sostenibles, los procesos no sólo deben ser respetuosos con el medio ambiente y socialmente aceptables, sino también económicamente viables e incluso rentables .
Economía Circular
En una economía circular, no hay residuos. El concepto va más allá del mantra industrial tradicional de «tomar, hacer, deshacerse» y en su lugar crea un sistema industrial con el medio ambiente en mente. Es una idea que la Unión Europea ha defendido durante años.
Tras examinar el trabajo de varios proyectos financiados por la UE sobre residuos alimentarios y agrícolas, el equipo con sede en Hong Kong examinó las formas en que los residuos alimentarios pueden convertirse en plástico en una biorrefinería. Utilizaron el trabajo de grupos de investigación de todo el mundo, incluyendo su propio laboratorio, para ilustrar que los azúcares baratos y renovables pueden ser utilizados para producir plásticos de alto valor.
«Los bioplásticos han avanzado mucho en los últimos años» . Una empresa conjunta de compañías globales que incluye a Coca-Cola está a punto de abrir una planta de fabricación de botellas de bioplástico en Bélgica. Tendrá capacidad para producir 50.000 toneladas de polietileno fonoato (PEF) biológico al año.
El PEF es un polímero biobasado y reciclable que está proyectado para reemplazar al tereftalato de polietileno (PET) convencional a base de petróleo debido a sus propiedades superiores que lo hacen adecuado para una gama más amplia de aplicaciones. El Dr. Lin añade: «Se estima que el mercado mundial de bioplásticos alcanzará los 30.800 millones de dólares en 2020, y se espera que el PEF, que aún no ha alcanzado su pleno potencial de mercado, tenga una gran cuota de mercado».
La clave del éxito de una economía circular de los plásticos es la gestión de los residuos, y esto se consigue mediante el reciclaje, no la biodegradabilidad. Un producto reciclable significa que el material se retiene en el circuito de recirculación; puede ser rehecho en nuevos productos de valor añadido. Si puede biodegradarse, se elimina un recurso valioso que podría afectar a la rentabilidad.
Aunque los productos PEF pueden reciclarse con éxito en otros productos utilizables, no son más biodegradables que el PET a base de petróleo. Con los protocolos correctos para asegurar el reciclaje, los bioplásticos PEF son una entrada ideal a la economía circular del plástico.
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